La UE limita la validez de la formación exprés de Reino Unido
La situación de desabastecimiento vivida en el Reino Unido los últimos meses ha puesto de relieve el creciente problema de escasez de conductores profesionales que se produce en todos los países europeos, con mayor o menor intensidad y que previsiblemente se agrabará en los próximos años si no se adoptan medidas de choque que palíen la falta de relevo e incorporación de nuevos profesionales al sector.
Las dificultades que atraviesan todos los países de Europa y muchos fuera de nuestro continente, para cubrir la demanda de conductores profesionales que demandan las empresas de transporte y que son necesarios para garantizar el abastecimineto de la población, siguen persistiendo y no parece que, de momento, sean capaces de encontrar una solución al problema.
La situación más agravada se vive en el Reino Unido, tras el Brexit y el consiguiente cierre de fronteras a la entrada de trabajadores extranjeros a dicho país, cuya falta de conductorres profesionales está afectando muy gravemente a la actividad comercial. De hecho, según una reciente encuesta realizada por la empresa de estudios de mercado YouGov, un 56% de los británicos han sufrido personalmente la escasez de algunos productos de primera necesidad en las últimas semanas, frente a tan sólo el 7% en el caso de los españoles.
De hecho, según diferentes estimaciones, entre 2019 y 2021 en dicho país se han perdido casi un 25% de los conductores profesionales, pasando de 308.000 a tan sólo 236.000 profesionales.
Para paliar esta situación crítica, el Gobierno británico ha aprobado un Plan de emergencia, dotado con 10 millones de libras, que comprende la formación gratuita a 4.000 personas para que puedan obtener los permisos de conducción profesionales a través de cursos acelerados, con el objetivo de que puedan examinarse en un máximo de 12 semanas, así como la concesión de visados de entrada temporales a transportistas extranjeros que desean trabajar en el Reino Unido, aunque esta última medida apenas ha tenido impacto real ya que la demanda de visados por parte de conductores europeos para trabajar allí apenas alcanzó las 300 solicitudes.
Así, en el caso de España, según diferentes estudios el porcentaje de empresas del sector del transporte que están experimentando dificultades para cubrir sus puestos vacantes se situaría en más del 20%, estimandose en más de 10.000 las ofertas de empleo que quedarían vacantes por la falta de candidatos disponibles, siendo varias las razones que motivan dicha anomalía, como el elevado coste económico que supone acceder a dicha profesión, la dureza del ejercicio de la actividad y las condiciones laborales ofrecidas, lo que hacen que esta profesión no resulte atractiva.
Esta formación "expres" de nuevos conductores profesionales ha levantado un lógico recelo en la UE, que ha trasladado la Eurodiputada Izasku Bilbao, mediante una pregunta parlamentaria dirigida a la Comisión Europea en la que se interesaba sobre el posible reconocimiento que podrían tener en la UE los certificados de acceso a la profesión obtenidos en tan corto plazo de tiempo. En respuesta, la Comisión Europea ha confirmado que en el caso de que los nuevos conductores profesionales británicos no justifiquen haber hecho una formación por el período establecido en la legislación comunitaria, esto es, 280 horas de formación ordinaria o 140 horas de formación acelerada, no podrán trabajar para un operador de la UE a menos que obtengan un certificado de aptitud profesional en un Estado miembro.
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